plantas contra plagas

Las mejores plantas contra plagas. ¿Cómo evitar las plagas de forma natural?

Hoy en día somos muchas las personas que mantenemos plantas cerca de nosotros por sus propiedades aromáticas, para su consumo o, simplemente, porque nos resultan atractivas o relajantes visualmente. Vamos a hablar de las plantas contra plagas que podemos incorporar a nuestro jardín o huerto para combatir las plagas de insectos.

¿Pueden ser útiles las plagas para luchar contra las plagas?

Muchos podríamos pensar que las plantas sólo presentan utilidad como ingredientes de cocina, para infusiones o simplemente como decoración. Sin embargo, son muchas las especies de plantas que se emplean para prevenir la aparición de plagas de insectos o para combatirlas una vez que se han instalado en nuestras zonas verdes. Hay que destacar que no se trata de un método eficaz al 100%, sino más bien una forma auxiliar que debemos integrar en nuestras rutinas para combatir las plagas urbanas en casa de una forma más efectiva, y, por qué no, más estética.

¿Por qué hay plantas que son repelentes frente a plagas?

plantas repelentes de insectos

No nos debe sorprender tampoco saber que muchos de los productos que se utilizan profesionalmente para el control de plagas provienen de derivados de compuestos naturales que están presentes en algunas plantas. Aunque en su forma natural son mucho menos potentes, siguen siendo un buen repelente para proteger nuestros parterres florales, nuestras verduras y hortalizas, a nosotros mismos, nuestras mascotas o nuestro propio hogar del ataque de insectos indeseados.

Antes de empezar debemos explicar un concepto que es el de principio. Muchas plantas sintetizan algunas sustancias que podríamos decir que presentan actividad insecticida o repelente. ¿Qué quiere decir esto? Pues que, dichas sustancias, en contacto con los insectos, pueden llegar a producir su muerte o, al menos, ahuyentarlos.

Estas sustancias naturales pueden ser una mezcla de varios compuestos químicos. Cada uno de estos compuestos únicos que presentan actividad insecticida se podría considerar un principio activo. En algunas ocasiones, cuando buscamos información sobre plantas beneficiosas en el control de insectos, nos encontramos con que los principios activos no están muy claros, pero que tradicionalmente se han empleado en el control de estas plagas. No obstante, gracias al avance de la ciencia y la tecnología y a que cada vez se realizan mayor número de estudios moleculares, cada año se descubren nuevas sustancias en las plantas que pueden presentar actividad insecticida.

Otro factor a tener en cuenta es el modo de acción de estos principios activos. Algunos de ellos actúan por contacto con los tejidos del insecto, mientras que otros tienen un máximo efecto por ingestión o, en caso de sustancias volátiles, por vía respiratoria. De esta forma, no todos los principios activos actúan por igual, ni afectan de la misma forma a todos los grupos de insectos ni a sus distintas etapas del desarrollo.

¿Qué plantas son las más recomendables para combatir las plagas?

Dado que sería muy difícil hacer un repaso exhaustivo sin dejarnos ninguna especie interesante en el tintero, vamos a hacer una incursión rápida en el mundo de las plantas beneficiosas para nuestro jardín en términos de combatir plagas, sus propiedades y la mejor manera de utilizarlas.

Pero empecemos ya con nuestro listado de plantas útiles a la hora de ahuyentar insectos.

Las umbelíferas: más conocidas de lo que creemos y con propiedades insecticidas

perejil contra insectos

Una de las familias de plantas por la que podríamos empezar es la de las umbelíferas. Dentro de esta familia encontramos muchas especies de plantas con propiedades insecticidas, como por ejemplo el hinojo, el apio, el perejil o la cicuta (siendo esta última venenosa y poco aconsejable en jardines por motivos obvios). Las umbelíferas, también conocidas como apiáceas, presentan en sus tallos y hojas aceites esenciales y sustancias muy variadas como mecanismo de defensa contra los herbívoros, incluyendo a los insectos.

Esas mismas sustancias son las que convierten a esta familia de plantas en una de las más utilizadas en el entorno culinario, ya que dotan de un sabor especial a nuestros platos gastronómicos. También presentan toxinas muy potentes con actividad insecticida como la cicutoxina, la carotatoxina, varios tipos de alcaloides, terpenos y flavonoides tóxicos. La mayoría de estas sustancias son activas por ingestión pero también actúan como repelentes.

Una de las desventajas de la utilización de umbelíferas en nuestros jardines es que la mayoría de ellas no son plantas perennes sino que se trata de especies de carácter anual, es decir, pasada su temporada de máximo desarrollo, la parte aérea de la planta se seca durante unos meses hasta que vuelve a brotar desde la raíz o germinan las semillas que había producido.

Labiadas: no solo sirven para mejorar el sabor de las comidas

romero mata mosquitos

Otra familia muy interesante de plantas aromáticas son las labiadas. Dentro de esta familia tenemos representantes muy conocidos como el romero, el tomillo, el orégano, la salvia, la menta, la ajedrea, la lavanda, el espliego, el rabo de gato, el canthueso… y podríamos continuar con un largo listado.

Todas ellas son plantas típicas de las tierras mediterráneas, en concreto son las plantas que crean las formaciones de tomillares, matorrales y arbustos en nuestras sierras de solana. Se caracterizan por ser plantas leñosas y perennes en su mayoría, muy resistentes y que toleran bien climas secos, por lo que constituyen muy buenos aliados a largo plazo de nuestros jardines y márgenes de huertos. Algunos casos, como el de las mentas (en concreto la menta acuática) son excepcionalmente útiles en composiciones vegetales de estanques y fuentes ornamentales.

Dentro de la flora mediterránea es la familia de plantas que acumulan una mayor cantidad de aceites esenciales, la mayoría de ellos muy volátiles, lo que les dota de sus acusadas propiedades aromáticas. Muchas de estas sustancias actúan como potentes repelentes de insectos perniciosos, mientras que por otra parte, atraen a otros que son beneficiosos, cómo las abejas, las cuáles son los principales polinizadores de nuestros cultivos.

Podemos utilizar estas plantas tanto en exteriores, formando parterres o setos; usarlas como ingredientes de cocina, para infusiones o para su colocación dentro de nuestro hogar como ambientadores caseros.

Las sustancias que producen son muy variadas y complejas (algunas son una mezcla de decenas de moléculas diferentes), pero algunas de las que presentan actividad repelente serían alcoholes como el mentol o el timol, terpenos y flavonoides, pinenos y ácidos fenólicos, entre otros.

Familia de las asteráceas: bonitas y útiles contra plagas

Dentro de la familia de las compuestas o asteráceas encontramos a otros grandes aliados: los crisantemos (y otras especies de margaritas en menor grado). Estas plantas producen unas sustancias llamadas piretrinas, cuya actividad insecticida es muy intensa. De hecho es una de las sustancias más empleadas en la industria del control de plagas, y en concreto sus derivados, los piretroides. También generan una amplia variedad de terpenoides y lactonas tóxicos para los insectos.

Tradicionalmente se han empleado los crisantemos como planta ornamental en cementerios y otro tipo de jardines precisamente por esta propiedad insecticida y repelente. Es un buen compañero de batalla contra los mosquitos en nuestros chalets o terrazas. Otras plantas de su misma familia que pueden sernos de utilidad y aportan un toque elegante de color son las caléndulas, manzanillas, gerberas o los tagetes.

Geranios, con aceites esenciales que repelen los insectos

geranio contra plagas

Otros aliados en esta lucha serían los coloridos geranios. En concreto, la variedad conocida como citronela o geranio limón es la que presenta mayor concentración de aceites esenciales y sustancias volátiles como el geraniol. No hay que confundir al geranio limón (Pelargonium citrosum) con la auténtica citronela (Cymbopogon citratus), que se trata de una planta herbácea que también podemos incluir en nuestros jardines ornamentales precisamente por la alta concentración de dicho aceite esencial con una alta actividad repelente.

Otras plantas dignas de mención para luchar contra las plagas

Algunas plantas tropicales de la familia de las leguminosas producen en sus raíces unas sustancias llamadas rotenonas, que por ingestión conducen la muerte de ciertas plagas de los cultivos, sobre todo las de aquellos insectos que tienen una fase de vida subterránea.

También tenemos el caso del árbol de Nim (Azadirachta indica), el cual genera un abanico de más de cincuenta compuestos terpenoides, como la nimbina o, el más famoso de ellos, denominado azadiractina, un insecticida muy potente que tiene propiedades antinutricionales y que inhibe la síntesis de quitina, impidiendo la correcta muda de los insectos. Estos árboles originarios de la India ya se usan en muchas zonas ajardinadas y sus extractos son la base de numerosos productos de la industria del control de plagas.

Un viejo conocido de nuestros jardines es el eucalipto. Fue importado hace décadas del continente australiano, y posee unas hojas que contienen tantas sustancias tóxicas que son completamente indigeribles para los insectos autóctonos de la vieja Europa. Además, sus aceites esenciales se han empleado tradicionalmente como repelentes naturales de mosquitos. A pesar de ello en la actualidad se considera una especie forestal invasiva y poco deseada en nuestros montes, debido a que sus raíces empobrecen rápidamente el suelo donde crecen, por el contrario, en nuestros jardines puede proporcionarnos ciertos beneficios.

Conclusión: cómo tener un jardín con menos plagas

Podríamos continuar con una larga lista de plantas interesantes para nuestros huertos, jardines y balconadas. Por ejemplo la familia de los lirios también presenta una alta toxicidad para numerosos insectos. Sin embargo, quedémonos con la idea de que no se trata de incorporar esta o aquella planta a nuestro jardín y que, sin lugar a dudas los efectos no serán mágicos ni instantáneos.

Lo más importante es intentar crear combinaciones florales que reúnan varias propiedades insecticidas o repelentes, al mismo tiempo que cumplan con una función estética. Con el tiempo, estos jardines se convertirán en verdaderas barreras defensivas que, si bien no serán capaces de eliminar las molestias de los insectos perjudiciales por completo, sí serán suficientes para reducir drásticamente su presencia en nuestras cercanías.

Artículo escrito por Isaac A. García Masiá. Licenciado en Biología

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